En
Guatemala, el lunes 16 de marzo de 2020 alrededor de cuatro millones de
estudiantes registrados en el sistema educativo iniciaron el primer día de
suspensión de clases. La noticia del primer caso identificado el vienes 13 de
marzo en el país y del primer fallecido el domingo 15 tuvieron como resultado
una serie de medidas para que las personas permanecieran en casa. Una de estas fue cerrar los centros
educativos.
La
población estudiantil llevaba más de 40 días de instrucción, ya que en
Guatemala el ciclo escolar inicia a mediados de enero. Esto representa más de
un 20 % del tiempo de trabajo en las aulas, por lo que se podría decir que los
estudiantes lograron ser expuestos a más de un 20 % de los contenidos
curriculares.
Si
bien, la suspensión se anunció con un carácter temporal, no se tenía clara la
fecha de retorno a las aulas. Durante las ultimas dos semanas del mes de marzo,
el ministerio de educación inicia acciones para establecer el “programa Aprendo
en Casa”, acción que se toma en otros países de la región[1] para no suspender
totalmente el trabajo educativo.
El
objetivo del presente texto es presentar una reflexión de la situación de la
educación en Guatemala en el contexto del Covid-19. Para ello se inicia con una
descripción del contexto educativo en el que se encuentra el país al momento de
impulsar las acciones para prevenir el contagio, el trabajo realizado por el
sistema educativo ante la suspensión de actividades y finalmente una reflexión
sobre las consecuencia buscadas y no buscadas de esas acciones.
El
sistema educativo de Guatemala.
En
Guatemala el sistema educativo está conformado por dos subsistemas, el escolar
y el extraescolar. El subsistema escolarizado es el más desarrollado y donde se
encuentra casi la totalidad de los estudiantes, este se caracteriza por ser
altamente estructurado ya que cuenta con niveles educativos específicos para
edades específicas de los estudiantes, es decir que la edad es un factor
central en el proceso educativo, cada nivel educativo está diseñado para una
etapa del desarrollo físico y psicológico de la persona. El subsistema
extraescolar se define como paralelo al escolar, pero de forma flexible[2].
El
subsistema escolar está estructura por niveles: el primer nivel es la educación inicial hace referencia a la
educación que se recibe en el hogar durante los primeros años de vida, de cero
a 3 años. El segundo nivel es la educación
preprimaria (ISCED 0) que inicia a los 4 años de edad. El tercer nivel es
la educación primaria (ISCED 1), la
cual inicia a los 7 años y está comprendida por 6 años de instrucción. El
cuarto nivel es la educación media y
está formada por dos ciclos educativos: el ciclo básico (ISCED 2) que se
esperaría inicien a los 13 años de edad y que contempla 3 años de instrucción y
el ciclo diversificado (ISCED 3) donde existen diferentes opciones educativas
que preparan para el trabajo como también preparan para continuar los estudios
universitarios y existen procesos de 1, 2 o 3 años de escolaridad. Este es el
trayecto educativo que está a cargo del Ministerio de Educación. La educación
terciaria (ISCED 4 o más) está bajo la dirección de la única universidad
pública del país, la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Desde
el año 2005 el subsistema escolar inicio la incorporación del Currículo
Nacional Base -CNB- en la primaria, y actualmente ya se tiene el currículo en
todos los niveles educativos. El proceso
educativo a cargo del Ministerio de Educación se desarrolla en Centros
Educativos específicos para cada nivel o ciclo educativo. Estos centros
educativos tienen diferentes formas de gestión, dependiendo el origen de los
fondos: los centros educativos oficiales que son de fondos públicos y los
maestros son pagados directamente del Ministerio de Educación; los centros
educativos privados cuyos fondos provienen de los padres de familia o alguna organización
privada; los centros educativos por cooperativa que son financiados en un 30 %
por el gobierno central y el resto por aportaciones de padres de familia o/y
organizaciones. Finalmente, han surgido los centros educativos municipales, que
son financiados por recursos públicos pero administrados por las
Municipalidades.
Guatemala
es uno de los países con indicadores educativos más bajos de América Latina. En
relación a la cobertura educativa se observa un no incremento de la cantidad de
estudiantes en el Sistema de Registro del Ministerio de Educación de Guatemala
-SIRE-. En la escuela primaria se observa una disminución en los últimos años,
para el año 2015 se tenían 2,381,916 estudiantes registrados, para el año 2019
se registraron 2,346,898. Lo mismo se observa en el ciclo básico, donde se
tenían 819,340 estudiantes registrados en el 2015 y para el 2019 se registraron
782,221. En donde se observa un incremento en la cantidad de estudiantes es en
el ciclo diversificado, donde se pasó de 401,312 en el 2015 a 415,361 en el
2019[3]. Estas cantidades tienen
una relación directa en las tasas de cobertura, que son el indicador de la
población que se está atendiendo en el sistema educativo nacional.
En
primaria se observa que la tasa neta de cobertura[4] pasó de un 82.42 % en el año
2015 a un 77.5 %. También se observa una disminución de la tasa neta de
cobertura del ciclo básico[5], de un 46 % en el año 2015
a 42 % en el año 2019. En el ciclo diversificado la tasa de cobertura se
mantiene en 24 %.
En
el espacio social se observa que 81 % de la población de 15 años o más reportó
saber leer y escribir en el censo realizado en el año 2018. La población que
reporta saber leer y escribir se distribuye de manera escalonada dentro de
grupos de edad. El 95 % de la población comprendida entre los 15 y 24 años
reportó saber leer y escribir, esto contrasta con el 87 % de la población entre
25 y 34 años; el 78 % de la población entre 35 y 44 años de edad; el 71 % entre
los 45 y 54 años de edad y un 62 % de la población entre los 55 y 64 años de
edad. En el caso de los mayores de 65 años, la mitad reportó saber leer y
escribir.
También
se puede observar que el porcentaje de la población que alcanza un mayor nivel
educativo en Guatemala en cada uno de estos grupos de edad (Gráfica 1) cambia,
siendo los más jóvenes quienes tienen un mayor porcentaje de población en el
nivel medio. Quienes concluyeron la escuela primaria es del 78 % del grupo de
15 a 24 años, pero baja a un 53 % en la población de 35 a 44 años. De la misma forma se observa un incremento en
el nivel medio, que en Guatemala se conforma del ciclo básico y el ciclo
diversificado. La población que alcanza el ciclo diversificado, o lo supera, es
del 31 % en el grupo de 25 a 34 años, pero del 18 % en la población de 45 a 54
años. Esta información permite observar la ampliación educativa que se ha
vivido en la segunda mitad del siglo XX y primera década del siglo XXI, pero
también un contexto social donde la población adulta tiene niveles educativos
muy bajos.
Gráfica 1 Porcentaje
de la población que reportó saber leer y escribir y nivel educativo más alto concluido
por rangos de edad[6].
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos del Censo 2018 (INE 2019)
En
el caso de la educación superior o terciaria se observa que sigue siendo un
espacio de privilegio. La encuesta nacional de la Juventud
Finalmente,
en relación a los niveles de aprendizaje, Guatemala participó en la evaluación
internacional PISA -D (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes para
países en desarrollo, por sus siglas en inglés) que evaluó en el 2017 a la
población estudiantil de 15 años en nivel medio[7]. Dentro de los principales
resultados destacan que el 47 % de los jóvenes de 15 años están estudiando en
el nivel medio, alrededor de un 10 % se encuentra aún en algún grado de
primaria y el restante se encuentra fuera del sistema educativo
PISA-D
también señala que, los estudiantes de 15 años en el nivel medio, 3 de cada 10
alcanza o supera el nivel 2 de lectura[8]; 1 de cada 10 alcanza o
supera el nivel 2 en matemática y 2 de cada 10 en ciencias. Pero el hallazgo
más interesante de ese estudio para este artículo es que el nivel
socioeconómico y educativo en la familia del estudiante explica buena parte de
los resultados de los estudiantes, estudiantes cuyas familias se encueran en el
cuartil más bajo de recursos tienen más probabilidades de estar por debajo del
nivel 2 y los estudiantes cuyas familias se encuentran en el cuartil más alto
tiene más probabilidades de estar sobre el nivel 2
En
síntesis, se puede concluir que Guatemala recibe al Covid-19 en un contexto
educativo complicado, donde se observa que el país aún no ha logrado alcanzar
una cobertura universal en la educación primaria y secundario, que conforma la
educación obligatoria en el país, pero también se observa un retroceso en el
acceso a la educación. Además, quienes logran ingresar a la escuela no
necesariamente están alcanzando los niveles educativos ni el desempeño
esperado. Finalmente, que los estudiantes de familias con más recursos tienen
más probabilidades de tener mejores resultados, frente a quienes tienen menos
recursos, es decir que la escuela guatemalteca no ha logrado garantizar
igualdad de oportunidades educativas a toda la población.
De
ser país espectador a país víctima.
Guatemala
participó en un proceso electoral en el 2019, en este proceso se eligió una
nueva administración del poder ejecutivo y como también a 160 diputados al
congreso. A mediados de enero toma posesión la nueva administración del
ejecutivo y los diputados electos. Paralelamente se observaba que en China se
está desarrollando una lucha contra un nuevo virus, denominado Síndrome
Respiratorio Agudo Grave, Corona Virus 2, pero conocido de manea popular como
Covid-19[9]. Se observó que en pocas
semanas países de Europa pasaban a reportar casos de esta nueva enfermedad.
Durante
el mes de febrero del 2020 se siguió una serie de noticias informativas sobre
la velocidad de contagio del Covid-19, el impacto en los sistemas de salud y
del incremento del número de muertos. De
manera secundaria se presentaba alguna información en educación,
específicamente la suspensión de clases como medida para disminuir la cantidad
de contagios.
Por
su parte, la nueva administración en el ejecutivo priorizó algunos recursos en
salud para habilitar hospitales temporales, pero con una serie de limitaciones
por la inexperiencia de la nueva administración. Mientras tanto el sistema
educativo inició actividades a mediados de enero y las nuevas autoridades del
Ministerio de Educación, en relación al Covid-19, estaban en expectativa de las
orientaciones del Ministerio de Salud. El director de cada centro educativo
registra en el SIRE los estudiantes que ingresaron, y para abril el registro
reportaba alrededor de 3.94 millones de estudiantes, dato que usualmente se
incrementa ya que los directores de centros educativos pueden ingresar más
estudiantes durante todo el ciclo escolar.
Dentro
de las principales prioridades de la nueva administración del Ministerio de
Educación estaba una promesa de campaña, el Seguro Escolar pero también la de fortalecer
el programa de alimentación escolar[10]. El seguro escolar es un
seguro médico para que todos los infantes inscritos en los centros educativos
oficiales de primaria y preprimaria tengan acceso a un servicio de salud
privado. El mecanismo era cuestionado ya que no buscaba fortalecer el sistema
de salud público sino utilizar servicios de instituciones privadas, pero en el
contexto de Covid-19 y la expectativa del colapso del sistema de salud público
ofrecía argumentos para mantenerlo.
A
finales de febrero, el poder ejecutivo se declara en alerta máxima por los
casos de Covid-19 en México, se tienen controles en el aeropuerto internacional
del país y se tiene atención especial en las fronteras con México, Honduras y
El Salvador. A inicios del mes de marzo el Ministerio de Educación identifica
888 establecimientos educativos próximos a la frontera con México para iniciar acciones
de prevención, ante la posibilidad de que la enfermedad pudiera entrar por vía
terrestre en esa región del país. Pero estas escuelas presentaron un reto
importante, ya que una tercera parte carecía de agua potable y de baños para la
población estudiantil y claustros docentes.
El
viernes 13 de marzo, después del mediodía, el presidente comunicaba el primer
caso de Covid-19 detectado en el país, y el domingo 15 fallecía la primera
persona con Covid-19. El lunes 16 de marzo se ponía en marcha un conjunto de
acciones que afectó directamente al sistema educativo, la suspensión de
actividades educativas a nivel nacional y la recomendación de “quédate en
casa”, el lavado constante de manos y el uso de mascarillas o barbijos.
Con
las clases suspendidas y sin tener claridad de cuándo se realizaría el retorno
a las aulas como tampoco idea de cómo hacerlo, se inician acciones de
seguimiento al estudiantado. El Ministerio de Educación inicia la preparación
de un programa centralizado llamado Aprendo en Casa. A nivel local, el
profesorado también inicia algunas acciones a nivel local para mantener algunas
actividades que permitan a los estudiantes seguir avanzando.
El
estudiantado había logrado asistir entre 40 y 45 días de clases presenciales,
que equivale a casi un 25 % del tiempo en las aulas. Es decir que habían
avanzado un 25 % de los contenidos curriculares que se esperaba impartir
durante el ciclo 2020.
Dentro
de las reflexiones que surgieron a partir de esta primera acción fue de que el
cierre total del país podría haber sido muy prematura, ya que en varias
regiones del país pasaron meses sin tener casos de Covid-19, por lo que podían
continuar las actividades educativas presenciales, pero teniendo ciertos
cuidados y limitando la movilización de personas entre regiones, acción que se
había tomado.
El
31 de marzo, el Ministerio de Educación inició con la transmisión de programas
educativos por la televisión abierta del país. Esta era una de las primeras
acciones de Aprendo en Casa. Así se suma la tercera gran acción que tendrá la
nueva administración del Ministerio de Educación para el año 2020.
De
la escuela a la casa: un nuevo proceso educativo.
El
programa Aprendo en Casa se inicia a finales de mes de marzo en Guatemala ante
la incertidumbre de cuándo será el retorno a las aulas, pero también de las
condiciones que se deben de tener para ese retorno. Paralelamente el Ministerio
de Educación realiza las entregas de alimentación escolar, la cual se modifica
para proveer de algunos alimentos a las familias de los estudiantes, esta
acción es desarrollada con el magisterio nacional organizado quienes apoyan la
distribución de los alimentos junto a las Organizaciones de Padres de Familia
-OPF- en cada centro educativo oficial de primaria y preprimaria. También continua con el proceso de adquirir
el seguro escolar para los estudiantes del sector oficial de primaria y
preprimaria. Así se estructura que Aprendo en Casa, tendrá dos programas de
apoyo: la alimentación escolar y el seguro escolar.
En
el caso del programa Aprendo en Casa se desarrollaron varias acciones: la
primera gran acción fue la priorización de contenidos, ésta se simplificó en
asumir únicamente las áreas de Comunicación y Lenguaje y Matemáticas del CNB[11], luego se agregó ciencias, aparte de ello no existe
un documento que sintetice o presente los contenidos y planes de trabajo
priorizados.
La
segunda gran acción fue el de impartir clases por televisión, que consisten
en el desarrollo de un contenido específico de Matemática o Comunicación y
lenguaje, con una duración de no más de 30 minutos para un grado determinado. El programa se transmite los días de lunes a
viernes de 8 a 12 de la mañana. Dedicándole alrededor de una hora a cada grado.
Las clases se alternan, un día para primaria, otro día para el nivel medio.
Estos mimos programas se cambian de formato para ser transmitidos por la radio.
Además, se desarrollan recursos educativos para ser distribuidos por medio de
la prensa escrita.
La
tercera gran acción fue la preparación de guías de autoaprendizaje, las cuales
se desarrollaron para cada uno de los grados en función de la priorización.
Estas guías se prepararon para todos los niveles educativos y en una lógica de
trabajo individual o acompañado de un adulto. Las guías fueron entregadas de
forma física durante la entrega de alimentos a los padres de familia. Esto
permite garantizar que es un recurso al que tiene acceso la gran mayoría de estudiantes
del sector oficial. En el caso de los
otros centros educativos solo tienen acceso de forma digital.
Finalmente,
está la preparación de plataformas de aprendizaje, las cuales se accede por
internet[12].
En la cual se encuentran la gran mayoría de recursos desarrollados para este
programa. Desafortunadamente los responsables del subsistema extraescolar, que
podrían aportan en este proceso se encuentran ausentes.
Transversalmente
a estas acciones se propone la responsabilidad de cada estudiante, o padre de
familia, de recopilar todas las evidencias de trabajo en una carpeta, llamada
portafolio. Además de la necesidad de que un adulto acompañe a cada estudiante
al momento de estar trabajando cualquiera de los recursos del programa aprendo
en casa. Este acompañamiento tiene una mayor importancia en los niveles y
grados más bajos, mientras que en los grados más altos el nivel de autonomía de
los estudiantes para el autoaprendizaje es mayor.
El
programa de Aprendo en Casa, requiere entonces que los estudiantes tengan
acceso a televisión, radio, prensa escrita e internet, pero también requiere
que los estudiantes estén acompañados por un adulto durante el tiempo de
trabajo.
Este
traslado de una educación escolarizada a una que trata de replicar la
escolarizada en un espacio diferente presenta varios parámetros como: ¿Quién es
el estudiante?; ¿Quién es el que enseña?; ¿Con qué recursos se está enseñando?;
¿Qué contenido/objetivo se quiere enseñar/alcanzar? y ¿Cuál es el contexto
donde se está enseñando? El sistema
educativo tiene la capacidad de controlar el perfil de quien enseña en el
subsistema escolarizado, como también los recursos existentes en el aula o la escuela,
y qué se debe enseñar, todo esto está determinado dentro de un marco curricular
que desarrolla la concepción de educación existente, la cual es flexible para
adaptarse al perfile del estudiantado y al contexto en el que encuentra la
escuela, pero asume que se desarrolla dentro de un espacio escolarizado.
Aprendo
en casa, pero ¿en qué casa?
El
cambio del proceso educativo del aula y la escuela a la casa tiene como
consecuencia que el sistema educativo pierda control de que alguien acompañe el
proceso de aprendizaje del estudiantado o que quien acompañe tenga las
capacidades para desarrollar ese proceso. En Guatemala los maestros de primaria
se han formado en el nivel medio, es decir que cuentan con un mínimo de 12 años
de instrucción, en donde los últimos 3 son de instrucción específica[13]. También pierde control sobre las condiciones
físicas en las que se desarrolla el proceso de aprendizaje y los recursos, ya
que cada casa responde a las condiciones socioeconómicas de las familias. Estos aspectos a considerar son centrales para
que el sistema educativo oriente sus acciones y recursos que permitan que los
estudiantes aprendan en casa, especialmente cuando se orientan de forma
centralizada.
La
evaluación de primaria, realizada por el Ministerio de Educación en el año
2014, tiene información sobre las familias y los recursos presentes en casa,
esta información es de acceso público y permite tener una idea de cómo son las
“casas” donde el estudiantado se encuentra[14].
En
sexto primaria, por ejemplo, el 42 % de los estudiantes tienen a alguien en
casa que les ayude a realizar los deberes o estudiar. El 20 % de los
estudiantes de sexto tiene una madre que no tiene escolaridad y el 37 % tiene
una madre que concluyó la primaria, solamente el 8 % tiene una madre que tiene
estudios de diversificado o superiores concluidos, es decir los años mínimos de
instrucción que tiene el profesorado en el centro educativo. El 80 % tiene iluminación eléctrica en su casa,
el restante 20 % no. El 20 % tiene acceso a internet para leer, el 31 % tiene
computadora en casa. el 79 % tiene televisión y el 70 % tiene radio[15].
Ante
estos datos, el contexto de los estudiantes de primaria es difícil para una
estrategia que requiere que un adulto los acompañe en el proceso educativo,
tanto cuando están viendo el programa educativo en televisión, escuchando la
radio o trabajando en las guías de autoaprendizaje. Ante esto se puede
proyectar que el programa Aprendo en casa está excluyendo a una buena parte de
la población estudiantil, ya que está condicionando el aprendizaje a los
contextos familiares.
Quizás
el recurso que puede llegar a la mayoría de la población estudiantil del sector
oficial son las guías de autoaprendizaje para estudiantes, ya que son entregadas
de forma impresa a los padres de familia al momento de entregar la alimentación
escolar. Pero si las guías requieren que un adulto, con un nivel de instrucción
mínima; o recursos mínimos en el hogar, será difícil para el estudiantado poder
trabajarlas.
El
apoyo del adulto para el aprendizaje del estudiante es importante, principalmente
en el estudiantado de los primeros años, ya que el desarrollo de la lecto
escritura, como de la comprensión lectora, son parte de las habilidades
necesarias para el autoaprendizaje.
Paralelamente
al programa Aprendo en casa, se tiene información de esfuerzos que realizan el
profesorado en los centros educativos. Estos pueden caracterizarse por ser
contextualizados, pero no están siendo monitoreados ni registrados, estas
experiencias podrían dar valiosos insumos para fortalecer el subsistema de
educación extraescolar.
¿Qué pasará en este contexto con la
educación?
Están
surgiendo diferentes inquietudes dentro de los actores del proceso educativo.
Una de las primeras es como será el proceso de evaluación y de determinar si el
estudiante pasa al siguiente grado o debe de repetir. Esto debido a
experiencias históricas[16] donde se ha tomado la
decisión de la promoción automática ante suspensiones largas de las clases
presenciales. De la misma forma existe la preocupación de un alto porcentaje de estudiantes que se desvincule del proceso educativo ya que los
recursos utilizados para una educación a distancia no tienen forma de mantenerlos en el proceso.
Aún más si este proceso requiere de condiciones que la familia no puede proveer.
En
el caso de los estudiantes existe un impacto socioafectivo ante el cierre de
los centros educativos, el desgaste de modificar el proceso educativo también
afecta el desempeño y el nivel de aprendizaje.
Por
su parte la mayoría de familias tienen la oportunidad de valorar la labor
docente. Esto gracias a la experiencia de acompañar el trabajo del estudiantado
en casa, acciones como el control del cumplimiento de tareas, resolver dudas,
acompañar actividades y, en ocasiones, evaluar los aprendizajes, hace que el
proceso educativo esté siendo pensado en las familias.
La
evidencia demuestra que las personas en edad escolar con menos recursos son quienes
no acceden a la escuela o son quienes primero dejan de asistir. Pero también
los recursos familiares han condicionado los niveles educativos alcanzados y el
desempeño que demuestran los estudiantes. Esta influencia se verá aun mayor, ya
que el valor de la escuela es crear un espacio en común para que el proceso de
enseñanza y aprendizaje se desarrolle para todos por igual, pero los hogares
ofrecen una diversidad de condicione que fortalecerán las desigualdades de
aprendizaje y, posteriormente, justificaran las desigualdades sociales.
El
retorno a las aulas no se realizará en el presente ciclo, y se debería estar
trabajando en planificar el siguiente ciclo educativo, en preparar los recursos
educativos necesarios y las estrategias de trabajo, pero principalmente
reflexionar como se responde a la visión de futuro que busca el proceso
educativo, como también la necesidad de impulsar el subsistema de educación
extraescolar.
La
educación debe ser siempre una visión del futuro. Se educa para que pase algo,
tanto en el aspecto individual como en la dimensión social local y global. Esta
visión está presente en los currículos de estudio, que presentan la concepción
de educación de una sociedad, es decir, una definición de la persona y la
sociedad que se busca, el proceso educativo que permite llegar a esa persona y
a esa sociedad, como también el rol del profesorado que aporta para la
construcción de ese futuro, además de los planes o contenidos necesarios.
Pedagógicamente en Guatemala se ha perdido esa claridad, la preocupación de
cumplir con los días de clase, cubrir los contenidos, responder a la evaluación
y certificar un aprendizaje ha dejado de lado esa visión de futuro.
Guatemala, octubre de 2020.
[1] En
México fue “Aprende en Casa”; en Perú es “Aprendo en Casa”
[2]
Desafortunadamente en Guatemala, el subsistema extraescolar se ha desarrollado
como un espacio residual para la población que ha quedado excluida del
subsistema escolarizado, pero también aspirando a ella y no como una
alternativa educativa en sí misma.
[3] Los
datos fueron tomados del Sistema de Registros del Ministerio de Educación de
Guatemala en el mes de agosto del 2020, en http://estadistica.mineduc.gob.gt/Anuario/home.html#
[4] Total de
estudiantes registrados en primaria con edades comprendidas entre los 7 y 12
años, dividido el Total de la población comprendida entre 7 y 12 años.
[5] Total de
estudiantes registrados en el ciclo básico con edades comprendidas entre los 13
y 15 años, dividido el Total de la población comprendida entre 13 y 15 años.
[6] Esta
información se construyó utilizando la información de dos variables del Censo
2018, una si sabe leer y escribir y el nivel educativo más alto concluido.
[7] Este
programa también contemplo evaluar a la población de 15 años fuera de la
escuela o que se encontraba aún en la primaria, esta evaluación se realizó en
el año 2018 y los resultados se presentarán en diciembre del 2020.
[8] El nivel
2 en PISA ha sido asumido como nivel mínimo de competencia en lectura y
matemáticas dentro de los indicadores de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible.
[9] Como
dato curioso el 19 se agrego por el año en que fue identificado.
[10] El
programa de Alimentación Escolar fue institucionalizado con la Ley de Alimentación
Escolar aprobada por el congreso (Decreto Legislativo 16-2017) y con el
Reglamento de la Ley de Alimentación Escolar emitido por el Ejecutivo (Acuerdo
Gubernativo 183-2018).
[11] El CNB
contempla varias áreas además de Matemática y Comunicación y Lenguaje, también
están ciencias sociales, ciencias naturales, expresión artística y educación
física.
[12] El
sitio en internet del programa Aprendo en Casa de Guatemala se encuentra en https://aprendoencasa.mineduc.gob.gt/
[13]
A partir del año 2014 la Formación Inicial de los Docentes se traslado a la
educación terciaria, también se inició, a partir del año 2010 un proceso de
profesionalización del magisterio de primaria con la universidad pública del
país.
[14] La base
de datos e informes fueron consultados en la siguiente dirección electrónica http://www.mineduc.gob.gt/digeduca/
[15] Estos
datos se asemejan mucho a los que se tienen en el Censo 2018 que señala que en
Guatemala hay 3,275,931 viviendas. De estas el 63.34 % tiene radio, el 70.51 %
tiene televisión y el 17.26 % tiene internet. Los datos fueron obtenidos en https://www.censopoblacion.gt/
[16] En el
año 1985 se dio esta situación ante la suspensión de clases por protestas
estudiantiles y del profesorado.