En la etnografía se ha dado el
esfuerzo de pasar de la descripción a dar una explicación de lo que se
observa. Pero en este intento la
escritura etnográfica debe tener ciertos cuidados ya que, en los últimos años
del siglo XX se convirtió en foco de descréditos, específicamente las figuras
literarias utilizadas para escribir etnografía.
Estas críticas se debían, específicamente, en los textos etnográficos
donde se ofrecían explicaciones sobre las acciones de las personas sin ofrecer datos y análisis
comparativos, esto los hacía vulnerables a la acusación
de que “invocan poderes mágicos” que
solo los lectores ingenuos podrían aceptar.
Esta retórica no permite apreciar
la lógica de la cultura en que los etnógrafos construyen rutinariamente sus
datos, donde el esfuerzo de descripción permite en un momento pasar a una
explicación. Por ello la mejor manera de
dar la explicación es durante la descripción.
De la misma forma, cuando el etnógrafo realiza la investigación inicia
buscando observar para describir, centrándose en responder el cómo, luego de un
tiempo de estar haciendo esta actividad el etnógrafo logra captar el por qué
las personas realizar las acciones que observa.
Pero si un etnógrafo iniciara el
trabajo preguntándose el por qué tendría respuestas muy limitadas, no ubicadas
en el tiempo y vinculadas a un razonamiento moral de las personas que
entrevista y observa. Pero es importante
notar que una
explicación va siempre más lejos que cualquier descripción contenida en una
nota de campo, en el segmento de una entrevista o una parte del video, una explicación es siempre una hipótesis.
Para el autor, la explicación causal no debe ser entendida como la
posibilidad de predicción, sino de RETRODICCIÓN (o abducción, que se refiere a
una predicción sobre el pasado) que implica que ante la observación de un
fenómeno dado en un tiempo 2, se puede afirmar que se han sucedido antes, tal
vez en una determinada secuencia de etapas que conducen al resultado en un
tiempo 1.
El argumento central del documento es
que el lector con sentido común tiene elementos que le permiten evaluar
metodológicamente los sólidos vínculos entre: 1) la recogida de
datos y la presentación de los datos, que tienen por
objeto mostrar cómo la vida social
toma las formas que tiene, y, 2) el desafío explicativo de hacer un argumento convincente acerca
de por qué la vida social
funciona como lo hace.
El texto se centra en explicar
los elementos que el autor considera que permiten evaluar si una descripción
etnográfica es buena y si los datos son presentados eficazmente. Estos
elementos construyen un puente entre la descripción y la explicación. Estos elementos son llamados conjuntos de criterios valorativos y son:
1.
Los datos que permiten plantear un problema para la
explicación de enigmas, paradojas o absurdos.
2.
Los datos presentan estrategias, en al menos dos formas,
que permiten hacer el pasaje a datos especialmente valiosos. El conjunto de
datos puede ser bifurcado de modo que cada dato explícitamente apoye la
explicación ofrecida pero que también, implícitamente, niegue una explicación
alternativa importante. La segunda es aprovechar la flexibilidad de la
observación-participante para dar una estructura temporal de la recolección de
datos, que es paralela a la estructura temporal de los sujetos, dando cuenta de
sus puntos de inflexión.
3.
El conjunto de datos ricos y variados facilitan descartar
hipótesis rivales, ya que permiten tener definiciones más específicas de los
problemas explicativos y sus respuestas.
4.
Los datos son evaluados como reveladores cuando muestran
cómo las fuerzas de la vida social son rutinariamente ignoradas,
deliberadamente ocultas o invisibilidades ontológicamente.
5.
Los datos situados apuntan a la mediación de las
condiciones que determinan las posibilidades actuales de movilización.
6.
Los datos pueden describir las
fuerzas que dan forma a los patrones sociales, esto lo hacen cuando describen el comportamiento
describiendo las formas como estéticas, coloridas, vívidas o ponen el relieve en las características de los entornos sociales obstinados.
7.
Cuando se describen los momentos conmovedores,
capturando con ello a las personas humilladas
por las preocupaciones trascendentes
que estructuran los patrones persistentes en sus vidas.
Se supone que estos términos de
apreciación representan una
cultura que es muy utilizada
generalmente en la lectura etnográfica. Pero
también ofrecen una lógica para dar
forma a los textos etnográficos y,
por lo menos, parcialmente a
la evaluación de los mismos.
Cada uno de los siete grupos de criterios pone de manifiesto de manera
clara que la descripción etnográfica puede iluminar sutilmente la búsqueda de
la explicación causal. Esto es provocado
por los "trucos del oficio", que permiten a los etnógrafos iniciar el
movimiento de la descripción a la explicación.
Los 7 conjuntos de términos valorativos no se deducen de una teoría o
una tradición filosófica por lo que en su desarrollo y explicación, al momento de leer la etnografías, tienen varias flaquezas:
En primer lugar, existe una arbitrariedad en la ubicación ya que un
grupo de datos en particular puede encajar en uno o varios de los conjuntos de
términos valorativos.
En segundo lugar, las etnografías escritas tienen una gama de estilos,
ya que son escritas en momentos y en tradiciones diferentes, como, por lo que es probable que el lector
encuentre algún reto al momento de situarlas en uno de los conjutnos.
En tercer lugar, estas categorías de apreciación son más útiles cuando la
etnografía escrita presenta las descripciones de personas particulares que
hacen cosas específicas, a menudo con otras personas, en lugares particulares. Es decir describen la interacción.
-o-
(1) Construido a partir de la lectura del texto From
how to why de JackKatz