En los diferentes esfuerzos de reformar la educación en América latina ha ido tomando fuerza el concepto de comunidad educativa, la cual se ve conformada por padres de familia, alumnos, maestros, autoridades educativos y, en ocasiones, otros actores presentes en la localidad. Todos ellos convergen por un objetivo, la educación.
El concepto de comunidad apela a aquellas relaciones que no están mediadas por el interés, sino por el “bienestar colectivo”, siendo esto definido de manera muy amplia y apelando a la subjetividad compartida. El aspecto socioafectivo como la tradición existente en la localidad tiene un papel fundamental, ya que esto orienta las acciones de los miembros. En la comunidad no se cuestiona la autoridad y difícilmente existirán debates sobre la organización y el sentido de la misma.
La comunidad ha existido independientemente de la escuela, incluso hay épocas donde la escuela llegaba a las comunidades a romper o cuestionar practicas propias de la misma, en esa lógica de la escuela de la modernización. Esto generó un cambio en las comunidades, pero también en la escuela y en muchas ocasiones se fundían en la comunidad. Antes en la comunidad no existía el maestro, a la llegada de la escuela el maestro se constituyó en alguien con autoridad, incluso se le pedía consejo más allá del tema educativo. Pero también el maestro se adhería a la comunidad vinculándose afectivamente a ella, respetando las tradiciones y la forma de organización. Pero donde no existía comunidad la escuela no podía constituir alguna y donde si existía pero los maestros y directores no se adherían a la misma, la escuela se constituía en una fortaleza, que incluso podía desafiar la comunidad.
Obviamente los resultados educativos eran mucho más positivos en aquellos casos donde la escuela se fundía con la comunidad. Desafortunadamente estas experiencias han ido disminuyendo en el tiempo. Primero debido a que el sistema educativo es centralizado en un estado y que en la medida este estado trata de controlar más los contenidos y sus empleados aleja a la escuela de la localidad, segundo son los intereses presentes en los diferentes actores de la educación que tienen como consecuencia el debilitamiento y desaparición de la vinculación afectiva en la escuela.
Finalmente, el interés de los gobiernos por reimpulsar la comunidad, por medio de la “comunidad educativa”. Que se sintetiza en el traslado de responsabilidades a las localidades más alejadas y/o pobres donde el estado difícilmente puede llegar. Padres de familia que deben dedicar tiempo a atender la escuela y “vigilar” que el personal de la escuela cumpla con su trabajo y maestros recién graduados o recién contratados que deben de iniciar su trabajo en las escuelas más alejadas o menos provistas de recursos, generando con ello el deceso de huir de esos espacios.
Para no dejar una imagen negativa de la escuela y poca esperanza en la educación, a partir de la investigación titulada “Formación Inicial Docente y su relación con la calidad en el aula” (realizada por FLACSO Guatemala en el año 2009), donde se identificaron casos particulares donde estas prácticas han tenido buenos resultados (el traslado de la gestión de la educación al espacio local) y es cuando en la misma localidad son formados los maestros que atienden la escuela o los maestros asignados son de la misma localidad. Solo una advertencia, una escuela de la localidad difícilmente responderá a los estándares desarrollados de forma centralizada, ya que la escuela responderá a las demandas locales y es a partir de estas demandas en que se debe evaluar el logro educativo.