El fenómeno de la Desigualdad Mantenida Eficazmente, o Effectively Maintained Inequality (EMI) es un fenómeno observado por Lucas
(2001) en educación. Lucas argumenta que las diferencias educativas son tanto cuantitativas, años de
escolaridad, como cualitativas, calidad de la educación o características del
proceso formativo. Los grupos
privilegiados utilizan las ventajas que les da los recursos o capitales (económicos, culturales y sociales) para asegurar la
educación de los hijos, que si bien puede ser cuantitativamente similares a la educación de los grupos no privilegiados, es una educación cualitativamente superior,
logrando con ello mantener la desigualdad.
Es decir que al comparar a dos personas, una de los grupos privilegiados y otra que no proviene de estos grupos, pero con el mismo nivel educativo o años de escolaridad, la diferencia sustancial radica en la calidad de la educación recibida. La persona que proviene de un grupo privilegiado tendrá una trayectoria educativa en escuelas de mayor calidad que la persona que proviene de un grupo no privilegiado.
En Guatemala, durante los últimos 15 años, ha existido un interés creciente en los Rankin de centros
educativos. Si bien todos toman como
base las pruebas estandarizadas que realiza el Ministerio de Educación, o la Universidad de San Carlos en la década de 1990, en lectura y matemáticas. Los resultados de
los estudiantes se convierten en un termómetro de la “calidad” de la
educación. Usualmente los mejores
resultados se encuentran en los centros educativos privados y esto ha
alimentado la idea de que la educación privada es “mejor” que la pública. Este mismo discurso está presente en la
educación superior, donde se identifica la educación de las universidades
privadas como mejor que la educación impartida por la universidad pública como también entre las carreras.
La
teoría de la Desigualdad Mantenida Eficazmente (EMI) asume que entre más
estudiantes llegan al diversificado y tienen la posibilidad de continuar los
estudios en la universidad, los estudiantes de las clases altas estudiaran en
los centros educativos identificados como los “mejores”. Y en el paso a la educación superior, platea
el supuesto de que ante el aumento de graduados de diversificado que acceden a la educación superior, se observará un aumento en la rigurosidad de los procesos de selección donde las diferencias de clase social se vuelven más fuerte.
Por ello las familias de clases altas o privilegiadas buscaran aquellos centros educativos de primaria, básico y diversificado de mayor calidad para segurar una mejor educación que permita poderse enfrentar con menor dificultad al paso hacia la universidad, como también para obtener los mejores puestos de trabajo. Es decir que al compara personas con el mismo nivel educativo la diferencia será la calidad de la educación obtenida.
La calidad de los centros educativos se deriva de diferentes aspectos: el principal es el prestigio del centro educativo. El prestigio tiene sus fuentes en diferentes aspectos, uno puede ser en la dificultad de ingreso y el desempeños de sus egresados. La dificultad de ingreso se puede medir a partir de los costos para ingresar (procesos de selección más rigurosos, pagos para tener derecho al ingreso, los costos por estudiar en esa escuela, etc.) y el desempeño de los egresados se puede observa ante los resultados de los estudiantes en las pruebas estandarizadas.
Tanto el proceso de ingreso como el desempeño de los egresados son fenómenos vinculados. Si una institución educativa realiza evaluaciones a todas las personas que desean ingresar para seleccionar a los mejores, la probabilidad de que estas personas tengan buenos resultados en las evaluaciones estandarizadas será mayor. Es decir que los buenos resultados no se deben a una buena educación en el centro educativo, sino a un muy buen proceso de selección.
Un
elemento que se debe tomar en cuenta con la EMI es que los sistemas educativos
tienden a buscar la estandarización, por lo que la tendencia de las políticas
educativas enfocadas en la calidad tiende a borrar esa segmentación de centros
educativos buenos y los no tan buenos. Pero este esfuerzo es mínimo ante las grandes diferencias en los resultados educativos, como también en las diferencias en la educación. Existen centros educativos de primaria privados con altas cuotas mensuales donde se da una educación bilingüe, la jornada educativa supera las 5 horas y el año escolar es de 200 días o más y por el otro lado hay escuelas donde se imparte educación monolingüe, con jornadas de 4 horas y el años escolar tiene menos de 180 días.
Por lo anterior, la desigualdad en educación en Guatemala no debe observarse únicamente por los años de estudio o el nivel de educación alcanzado. Hay que tomar en cuenta la calidad de la educación recibida, ya que esta puede marcar fuertes desigualdades al entrar a competir en el mercado laboral o en el ingreso a la universidad.