sábado, 9 de junio de 2018

El desafío del logro educativo en una Guatemala con clases sociales


El concepto de clase social permite realizar un análisis de la sociedad.  La definición de las clases puede realizarse de diferentes formas, pero siempre recuren a una variable o característica de las personas o familias que deja observar una diferencia, un cambio que permite la ubicación de las personas o familias en uno u otro grupo o clase social.  Por ejemplo en las familias como unidad, si se toma la escolaridad de la madre, se puede observar que existen diferentes subgrupos, madres sin escolaridad o con la primaria incompleta, las que solo lograron culminar la primaria, otro grupo que logró concluir el nivel medio con una carrera de diversificado y las que tienen una carrera universitaria.
En un sentido amplio, la clase social son subgrupos de la sociedad que se diferencian por los recursos, o capitales, a los que tienen acceso.  Existen capitales económicos, donde se encuentran el dinero, propiedades, inversiones, equipos, etcétera.  También los capitales culturales, donde se encuentra la escolaridad, los títulos universitarios, la capacidad de comunicarse en otros idiomas (específicamente extranjeros).  Y finalmente está el capital social, el cual se caracteriza por las relaciones sociales con las que se cuentan, no es lo mismos ser amigo de los catequistas del barrio que del nuncio apostólico, tener de vecino al maestro de la escuela o al ministro de educación, etcétera.  Estos capitales permiten que las personas y, principalmente, sus familias tengan una dinámica, expectativas y condiciones de vida en la sociedad. 

Una persona, y principalmente una mujer, con educación tendrá mejores oportunidades laborales, estas oportunidades se podrán observar en el ingreso y las condiciones del empleo al que accede.  En las familias usualmente se observa coincidencia entre los niveles de escolaridad entre la pareja, es decir que si la madre tiene una escolaridad alta, es muy probable que la escolaridad del padre sea semejante, lo mismo puede darse si la madre tiene una escolaridad baja, es muy frecuente que el padre tenga una escolaridad baja.
La escolaridad de las personas está directamente relacionada con su ingreso económico, si una madre o padre tiene escolaridad baja es muy probable que el ingreso de la familia sea bajo, si tiene una escolaridad alta hay muchas probabilidades de tener un ingreso alto, o por lo menos mayor al que tendrían con una escolaridad baja. 

Los estudiantes que tienen padres o madres con una mayor educación tendrán la oportunidad de una mejor orientación y apoyo en los temas que se desarrollan en el aula.  Pero también, la escolaridad de la madre es un indicador importante sobre las condiciones de gestación, nacimiento y desarrollo de los primeros años de los hijos.  Una madre que no asistió a la escuela primaria o que interrumpió la primaria tiene una mayor probabilidad de haber tenido su primer embarazo durante el fin de la adolescencia o primeros años de juventud; tendrá menor información sobre el cuidado, alimentación  y estimulación de los hijos e hijas, y finalmente los ingresos que puede tener no serán suficientes para atender las necesidades de una familia. 

Lo anterior permite inferir que el estudiantado con madres de baja escolaridad tendrán en promedio un menor rendimiento que los estudiantes con madres que tienen una mayor escolaridad.  Esto se confirma con los datos de las evaluaciones de graduandos que realizó el Ministerio de Educación en el 2016, donde se reporta si los estudiantes alcanzaron o no el logro esperado, es decir la habilidad que deberían tener en Matemática o Lectura.  Los resultados relacionados con la escolaridad de la madre fueron:

-        En Matemática se observó que de todos los graduandos únicamente 9.01 % alcanzó el logro, es decir que demostraron tener la habilidad esperada.  Pero al realizar el análisis por escolaridad de la madre se encuentra que el porcentaje cambia: del grupo de estudiantes cuyas madres tenían hasta primaria únicamente 4.85 % alcanzó el logro esperado.  En el grupo de estudiantes que tenían una madre que había logrado concluir el ciclo básico, 7.69 % de los estudiantes alcanzaron el logro.  En el grupo de estudiantes que tenían una madre con una carrera de diversificado como máxima escolaridad, 18.81 % de estudiantes están en el logro.  En el grupo de estudiantes cuyas madres tenían como máxima escolaridad una carrera universitaria, 30.30 % está en el logro. Finalmente, en el grupo de estudiantes que reportaron que la madre tenía posgrado, 44.43 % está en el logro esperado.
 

-        En Lectura, del total de 149 815 graduandos evaluados, 32.32 % alcanzó el logro esperado. Pero al realizar el análisis según la escolaridad de la madre se encontró que en el grupo de estudiantes cuya madre tenía la primaria como máxima escolaridad alcanzada 21.92 % está en el logro.  En el grupo de estudiantes cuyas madres tienen el diversificado como educación máxima 54.26 % está en el logro.  En el grupo de estudiantes cuyas madres tienen una carrera universitaria como escolaridad máxima se tiene que 66.36 % está en el logro.  Finalmente, en el grupo de estudiantes cuyas madres concluyeron un posgrado, 70.03 % está en el logro.

Una característica que se puede dar a la clase es la libertad de elección del centro educativo para los hijos.  Esta libertad está condicionada primero por la ubicación geográfica de la familia.  Una familia que vive en la zona 11 de la ciudad capital tendrá varias opciones educativas próximas, mientras que una familia ubicada en el área rural de Petén se limitará a la escuela oficial más próxima.  Luego están los recursos disponibles en la familia para la educación de los hijos, la familia en la zona 11 capitalina tendrá más opciones educativas en la medida que tenga los recursos para cubrir los gastos que implican alguna de las opciones educativas. El tercer condicionante de la libertad es lo cultural o valorativo de la familia, hay familias que ven en el centro educativo una continuación del espacio familiar, por lo que buscarán centros religiosos, militares, tradicionales, bilingües, tecnológicos, y se podría ampliar la lista de preferencias.


 Antes de concluir es necesario advertir dos cosas, la primera es que la responsabilidad del aprendizaje de un estudiante no se encuentra exclusivamente en la madre, y que la escolaridad de la madre no es el «factor explicativo» del aprendizaje o o su falta, aunque puede estar correlacionado.  Segundo, la escolaridad de la madre es utilizada como un «indicador» y, como se señaló en el inicio, la escolaridad está altamente correlacionada con el ingreso, lo cual permite usar la escolaridad de la madre como un indicador muy próximo al de ingreso en la familia, que aportará algunos elementos para luego observar las clases sociales.

Finalmente, la educación en Guatemala es responsabilidad del Estado y se le traslada el papel para ir reduciendo la desigualdad social, además, como se observa, a mayor educación, mejores resultados y, esperaríamos, mejores ingresos.  Pero las diferentes clases presentan diversas limitantes, preocupaciones y recursos.  Por ello el sistema educativo debe responder a esas diferencias para dar las condiciones que garanticen la permanencia de la niñez y adolescencia en los centros educativos, pero también crear opciones alternativas para los diferentes desafíos familiares que son mucho más duros en aquellas clases sociales donde la familia tiene baja escolaridad, menor ingreso, y que se encuentra ubicada donde no existen opciones educativas para los hijos, o los mismos padres y madres.